La dieta plant-based es un estilo de alimentación que impacta nuestra salud y la del planeta.
REDUCCIÓN DE GASES DE EFECTO INNVERNADERO
La alimentación plant-based, se considera una de las estrategias más afectivas para reducir la producción de gases de efecto invernadero. Así como, el uso de tierra agrícola. La industria cárnica y láctea son las que más contribuyen a estas emisiones. Aportando entre un 14-22% de las emisiones anuales de GEI.
MAYOR DISPONIBILIDAD DE RESERVAS DE FÓSFORO
Los suministros globales de fósforo extraíble son limitados. El uso de estos como parte de fertilizantes para la producción de alimentos pone en peligro estas reservas. Además, su aporte Las dietas basadas en plantas, requieren considerablemente menos fósforo que las dietas que contienen carne; como tal, cambiar los patrones dietéticos a gran escala hacia modelos con un menor consumo de carne podría ser una estrategia vital para lidiar con una inminente escasez de fósforo extraíble.
MENOR INCIDENCIA DE ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
En relación a la salud cardiovascular, se ha asociado que dietas con un alto consumo de frutas y verduras (ricas en fibra, ácido fólico, antioxidantes y fitoquímicos) presentan menores concentraciones de colesterol en sangre, menor incidencia de accidentes cerebrovasculares, etc.
REDUCCIÓN DE ENFERMEDADES CRÓNICA
Además, de los beneficios asociados a la salud cardiovascular, las dietas basada en plantas se han relacionado con reducción del riesgo de cáncer colorectal y diabetes tipo 2. En estudios de cambios en el patrón de alimentación hacía una dieta vegetariana, se ha observado reducción de grasa visceral, mejora de marcadores de estrés oxidativo y sensibilidad a la insulina.
Es importante señalar que los beneficios de las dietas basadas en plantas para la salud también se asocian y relacionan con otros cambios de estilo de vida como ejercicio físico, menores niveles de estrés y calidad de sueño.
Bibliografia: Lynch, H., Johnston, C., & Wharton, C. (2018). Winston J Craig, (2009)